domingo, 8 de marzo de 2015

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER




Esposa, madre, hermana, amiga…
El Día de la Mujer se lleva celebrando desde finales del
siglo XIX, cuando las primeras mujeres de una fábrica textil lucharon por unos derechos que les estaban siendo denegados. Y tristemente, desde esa época en la que el mundo se puso patas arriba, no solo con las mujeres y sus derechos, sino con la economía, el tipo de vida, etc, a día de hoy no ha variado mucho. Las mujeres siguen en un segundo plano para la humanidad, porque siempre es el hombre el que debe dar el paso. Fue un hombre quien pisó la luna, el que descubrió la penicilina, el que ha gobernado nuestros países durante siglos, y todo está regido por unos estereotipos o prejuicios sociales en los que la mujer no vale, no existe. Y sí, hemos dado algunos pasos hacia adelante, hemos cambiado mentes, formas de pensar, las mujeres se han metido en política, pueden estudiar y viajar libremente, dirigir un equipo de trabajo constituido por hombres y ya no las señalan por ser del sexo femenino, pero aún así, hay mucho por hacer, todavía hay mujeres que teniendo el mismo puesto de trabajo que un hombre y esforzándose más, reciben un salario menor que el de este. ¡Y a pesar de todo debemos dar gracias porque en otros tiempos ni siquiera habrían encontrado trabajo! Hoy tenemos inspectoras de policía, profesoras, abogadas, juezas, enfermeras, doctoras, médicas, farmacéuticas, psicólogas, ministras, presidentas, historiadoras, forenses, actrices… Hace unos años una mujer que hubiese ejercido alguna de estas profesiones habría sido criticada, señalada e incluso juzgada, y olvidamos que todos esos hombres que sí podían ejercer de lo que quisieran tuvieron una madre. Una madre que los alimentó, los protegió y los quiso y que además era mujer. ¿Nadie se acuerda de ella? ¿Nadie repara en que siempre estuvo ahí? Puede que a la figura femenina haya, según dicen algunos, que protegerla por su fragilidad, que no está hecha para la violencia, pero si a lo moral nos referimos, la mujer es mucho más fuerte que el hombre. No se llama feminismo, se llama igualdad. Igualdad de derechos y obligaciones. Igualdad a la hora de cuidar del hogar, de los hijos; a la hora de trabajar y de cobrar; a la hora de ser iguales. No somos dos razas ni dos planetas diferentes fusionados en uno, somos seres humanos, personas vivas, todos y cada uno de nosotros. ¿Por qué tienen que existir entonces diferencias?
 Lucía López (2ºE)

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